Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo”. Salmos 20:4 El deseo es algo que todos tenemos, me atrevo a decir que el mundo se mueve por deseos, no importa si sean buenos o malos, deseos al fin. Creo que Dios nos creo con la capacidad de desear y cumplir nuestros buenos deseos. Nada tiene de malo la palabra deseo, lo digo porque la religiosidad y el legalismo han utilizado esta palabra para castrar a los creyentes de “todo deseo”, si eran buenos o malos no importaba, por las dudas ellos enseñan ciegamente “todo deseo está mal”; pero como la biblia nos enseña la única revelación proveniente del Espíritu Santo hoy podemos comprender con claridad el tema. Deseo es un ferviente anhelo, una necesidad, un pedido, un clamor; el deseo son ganas, es algo que quiero hacer, tener o lograr. La biblia habla del “deseo de tu corazón” porque el corazón es lo profundo del alma, el corazón es el centro de operaciones de la voluntad donde entretejemos nuestras decisiones y deseos. “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído”. Salmos 10:17 “Le has concedido el deseo de su corazón, Y no le negaste la petición de sus labios”. Salmos 21:2 Nacimos para cumplir esos deseos profundos que son nuestros sueños, creo que si no los cumplimos, viviremos en lo profundo amargados e insatisfechos; y tiene mucho que ver con nuestros propósitos en la vida, con nuestro servicio a Dios y con nuestro lugar asignado. Los deseos cumplidos (claro esta los buenos) son lo que Dios quiere que experimentemos para glorificarlo y para que se vea su gloria en nosotros. Gloria de Dios es que sus hijos sean ejemplares, con una vida de victoria y de éxito. |
Son muchos los que están haciendo lo que no les gusta, reprimiendo sus verdaderos sueños, su profunda vocación, y que no están en el lugar que desearon alguna vez, pero hoy Dios te desafía a que puedas salir de hacer cosas que no son tu lugar, tu llamado, en donde no brillan tus dones. No le puedes pedir a un pez que vuele o a un ave que nade en lo profundo de la mar, así es cuando tratamos de meternos en cosas que no son nuestro destino. Parece demasiado bueno ese versículo que dice: “La voluntad de Dios es agradable y perfecta” (Rom. 12:1) Pues cuando estamos donde debemos, en el momento correcto, estamos plenos. Solo somos exhortados a hacer morir o desechar los deseos pecaminosos provenientes de la naturaleza adámica o mundana (la carne) los deseos egoístas, vanagloriosos y a todo pecado.
“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. 1 Juan 2:17
“El deseo cumplido regocija el alma; Pero apartarse del mal es abominación a los necios”. Proverbios 13:19
Respeta tus sueños y el de los demás
Hermano, de todo corazón quiero que sepas que Dios quiere que cumplas los deseos de tu corazón, que seas feliz y libre. Atrévete a ponerle pies a todos tus sueños, no los reprimas, busca lo que te gusta, lo que te hace feliz, no trates de hacer cosas que te obliguen otros si realmente no te gustan, porque recuerda que así como un pez no puede salir y volar por los aires, así te sentirás si haces aquello para lo cual no naciste. Recibimos muchas imposiciones de nuestro entorno, pero ninguno sabe mejor que nosotros mismo lo que queremos en lo profundo. Yo aprendí a respetar a todos, las decisiones, los deseos y el trabajo de todos. No debemos presionar a nadie a que tenga el mismo sueño que nosotros o convencerlos para que hagan algo que no quieren, esto solo creará fricciones en las relaciones y pésimos resultados.
¿Estas trabajando en lo que te gusta?, ¿Estás viviendo en la casa que soñabas o en la ciudad que te agrada? ¿Estás sirviendo a Dios en lo que queres o en lo que te obligan? Si no estás pleno y satisfecho debes hacer cambios, tomar decisiones; pues Dios quiere darte el deseo de tu corazón, debes creerlo y comenzar a trabajar para alcanzas esas metas. Serás cien veces más feliz cuando trabajas en lo que te gusta, cien veces más productivo y eficaz, cien veces mejor testimonio para otros porque la gloria y la función asignada por Dios para la cual naciste se reflejarán sobre tu vida.
“La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido”. Proverbios 13:12
Esta comprobado que las personas que hacen aquello que les gusta o apasionan tienen resultados enormemente mayores que aquellos que hacen algo por imposición, por obligación o solo por ganar dinero. Se realizo un estudio en la Faculta de Ciencias empresariales* donde se clasificó a 1500 alumnos en dos categorías de estudiantes de administración de empresas 1. Los que estaban estudiando solo para ganar dinero, (1245 alumnos) y 2. Los que estudiaban la carrera por que les gustaba y por vocación, eran solo 255. Veinte años después se cito a todos ellos y hubo 101 que fueron millonarios, de los cuales 100 provenían del segundo grupo y solo uno del primero. Esto es un claro ejemplo de que cuando estamos en nuestro lugar, para el cual nacimos, cuando buscamos cumplir los deseos más profundos y trascendentes de nuestro corazón, por consecuencia tendremos todas las añadiduras para la gloria de Dios. Por cierto creo que nuestra vida esta hecha y entregada al señor, no ciertas actividades, todo es como para el Señor y para agradecerle. Ver Rom. 14:8 – Col. 3:23
Pero tal vez digas: “¡es muy difícil para mi hacer esas cosas!”, te pregunto ¿Es imposible?. Piensa detenidamente y con total libertad cuales son los deseos de tu corazón en todas áreas, ¡¡pues Dios te quiere ayudar a cumplirlos!!. Para que tengas libertad piensa como si todo fuera posible, como si pudieras cumplir todo lo que quieras en la vida, ¿Qué cosas harías?, ¿Qué cosas tendrías?. El problema es que no creemos, ese es el gran problema. ¿Sabias cual es el gran problema de satanás?, que un hijo de Dios de verdad se decida a creerle todo a Dios y a obedecer. Esto es dinamita para el reino de Dios, porque si crees, no ves las imposibilidades, ves solo las posibilidades. Podemos ver las cosas, como si todo fuera imposible o como si todo fuera posible. Si comienzas a pensar en fe, verás que con la ayuda de Dios y tu esfuerzo podrás llegar a tener el tipo de vida que deseas. A Dios no lo glorifican las derrotas, los fracasos. Los sufrimientos son para que los pasemos y para que salgamos en victoria, en el mundo tendremos aflicciones, pero confía ¡Jesús venció al mundo!.
Por último, hace mucho le pregunte a alguien ¿Cuál es tu sueño? Y quedo perplejo… pensativo ¡¡Creo que nunca se lo habían preguntado!! y pensó mucho hasta que me dijo: “Es predicar en todo el país, ir con un micro y un equipo anunciando al Señor” y para que ese deseo se transforme en realidad debemos trabajar, enfocarnos en él y creer.
A veces tenemos que ver en lo profundo, pensarlo y meditarlo hasta que poco a poco nos daremos cuenta que cosas nos apasionan y las haríamos el resto de nuestras vidas sin quejarnos. Todo lo que te propongas lo puedes lograr. Fuimos creados para expresar a Dios y glorificarlo mediante la capacidad de liberar nuestro enorme potencial.
“Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará”. Salmos 145:19